jueves, 26 de febrero de 2015

UNA TARDE DE CINECLUB CON EL PÚBLICO DE "NACER. DIARIO DE MATERNIDAD" DE JORGE CABALLERO

En el Nicho Cultural L'Aldea, en la Candelaria (Bogotá), nos reunimos el día 25 de febrero 2015 unas 35 personas para asistir a la proyección de "Nacer. Diario de maternidad" de Jorge Caballero. Entre el público asistente, nuestra invitada María Yaneth Pinilla, antropóloga e investigadora del Grupo de Antropología Médica Crítica y docente de investigación del Programa de Bioética de la Universidad El Bosque. También contábamos con varias personas relacionadas con el mundo de la maternidad, desde parteras, enfermeras o ginecólogas. 

Tras la presentación previa para introducir la película desde un aspecto más cinematográfico, el público pudo asistir no sin cierta tensión en el ambiente, al visionado de uno de los documentales colombianos que más recorrido en festivales ha tenido en los últimos años. La narración, trenzada a través de 6 capítulos con verbos en infinitivo nos introdujo en la vida de seis mujeres que han de dar a luz en hospitales públicos de la ciudad de Bogotá. La ilusión, el miedo, la soledad,... se enfrentan cada día con un sistema que no las recibe con amor, sinó con interrogatorios, burocracia y frialdad. 

En el conversatorio tras la proyección (que para algunos se alargó hasta pasada la medianoche) muchos temas fueron analizados y dieron motivo de reflexión: la importancia del acompañamiento a la madre en el momento del parto; la necesidad que los padres puedan asistir a este momento; que la mujer no sea solo un objeto al que se le ordena todo lo que debe hacer sinó que se la tenga en consideración; de cómo nacemos ya dentro de un sistema de clases que te estigmatiza desde el primer segundo de vida,.... Alguna persona del público reivindicó poder ver otras formas de parto, de culturas indígenas por ejemplo. Otros proponían que esta película debería ser proyectada a médicos, estudiantes de medicina y ginecología, incluso en los mismos centros que la película retrata.

Desde un punto de vista más cinematográfico, un estudiante de cine presente en la sala, valoró cómo este documental de observación situaba la cámara de una forma que, sin palabras, todo se entendiera. Dejando espacio al espectador para sus própias reflexiones. 

La conversación, ya más distendida, se alargó por un buen rato alrededor de unas aromáticas, unas polas o unos tintos. El público se hizo dueño de la palabra.

Esta sesión se realizó gracias al apoyo de Cinemateca Distrital. El Cineclub La Imágen Viajera forma parte de su Red de Salas Asociadas.














No hay comentarios:

Publicar un comentario