lunes, 30 de mayo de 2016

28.06.2016. 6,30pm. HOLLYWOOD TALKIES


Dirección y guion: Oscar Pérez & Mia de Ribot. País: EspañaAño: 2011. Duración: 61 min. Género: DocumentalProducción: Oscar Pérez y Lluís Miñarro. Fotografía: Mia de Ribot. Montaje:Oscar Pérez & Mia de Ribot.
Con la irrupción del cine sonoro en 1927, un grupo de jóvenes actores españoles partieron hacia América para trabajar en las versiones en español de las grandes producciones, con la ilusión de convertirse en estrellas. Con la aparición del doblaje, aquella solución para llegar a todos los mercados resultó muy costosa y la mayoría de ellos, salvo artistas como Edgar Neville, Enrique Jardiel Poncela o Imperio Argentina que regresaron a España, cayeron en el olvido. Este documental, presentado en el Festival de Venecia, recupera su memoria.

A BAD COVER VERSION OF LOVE [1] Óscar Pérez es uno de los cineastas más destacados hoy en día en España. Sus primeros y certeros trabajos, Xaví Xavó (2002), Salve Melilla (2006), su gran éxito El Sastre (2007), o el genial ejercicio de etnografía reversa If the camera blows up (2008), entre otros, forman un conjunto de cortometrajes que han “dinamitado” la mirada clásica observacional llevándola hacia incómodos puntos de vista[2].  Hollywood Talkies es su primer largometraje y está codirigido con Mia de Ribot, quien ya había participado en las películas citadas, en labores de producción, guión y/o montaje. A primera vista, tanto por el tema como por sus apuestas formales, su nueva película podría parecer un giro en la trayectoria del autor, pero veremos como en ella también trasluce su perspicaz e interrogativa mirada. Hollywood Talkies trata de un numeroso grupo de actores españoles que a principios de los años 30 fueron contratados en Hollywood para rodar películas en castellano. En unos años de impass desde la llegada del sonoro hasta la implantación del doblabje, la industria norteamericana produjo más de cien películas en versión original en español para que el mercado de habla hispana accediera a sus filmes. Las películas eran (pretendían ser) copias exactas de los estrenos de cada temporada, los mismos guiones, escenarios, planos, pero con actores de habla hispana que suplían a las grandes stars de la época. El principal problema fue que estas nuevas versiones eran low-cost, se les dedicaban unos recursos muy escasos y su calidad en todos los aspectos quedaba patéticamente alejada de la obra original. Hubo muchos otros problemas y vicisitudes vividas por estos actores que iremos descubriendo a lo largo del metraje. Dos decisiones formales hacen especial esta película. La primera es la renuncia. 

Con un material de archivo considerable al alcance se abrían opciones muy distintas para realizar el documental, por ejemplo se podría tender hacia un trabajo de remontaje de archivo como la recién y también hollywodiense La noche que no acaba (Isaki Lacuesta, 2010). Pero Pérez y Ribot deciden renunciar a todo -con una diminuta excepción- el material  de archivo, siguiendo el modelo de Claude Lanzmann, o la idea de “las imágenes de archivo petrifican el pensamiento de todo poder de evocación”[3], permitiendo que (lo que queda) de ese extraño universo emerja de la narración. Y lo que queda surgirá (segunda decisión) de las brumas. Lo que nos acompañará durante ese viaje a Hollywood es el estatismo de espacios vacíos, muertos y fantasmagóricos, los márgenes de Hollywood para reanimar la historia de actores marginales de la industria. Estos planos fijos, largos, abiertos, no son ilustrativos del imaginario habitual de Hollywood y, sin duda, generan incertidumbres en el espectador. Unos raíles, una playa vacía, unos estudios abandonados. ¿Esto es la “Meca del Cine”? Esta interrogación en la imagen discurre en paralelo a la narración en off, al relato de unas aventuras con múltiples falsedades: actores sin experiencia vendidos como superstars, profesionales que cobran por no trabajar, exitosos literatos que son impostores, años de lujo que esconden un futuro de vidas rotas. En Hollywood Talkies nada es lo que parece. Hay algunas relaciones formales y temáticas obvias entre la obra anterior del realizador y su nueva película, como el hecho de dejar “pasar la vida” delante de la cámara o el encuentro de personas e historias singulares y desconocidas. En el trasfondo del film aparece, pero, una relación oculta y vigorosa, vinculada a su discurso cinematográfico. 


Óscar Pérez desmonta apariencias, desmitifica clichés: el mal nombre de Can Tunis, la publicitada multiculturalidad de Barcelona. En esta ocasión pone en duda las luces cegadoras de Hollywood, encuentra con sigilo sus profundas grietas y contradicciones. Esta mirada cuestionadora nos la muestra con una película que nace de la realidad pero que en las propias grietas de su construcción, en la apertura entre los contemplativos planos y su distanciada narración, nos da a entender que lo real, en el cine, es también y solamente una apariencia. No deja de ser todo una mala copia. Como la generación de estos actores, la cual creyó en la prometedora II República, que no dejó de ser una mala copia de una democracia imaginada. Ambos, actores y República, acabarían en callejones sin salida. Hollywood Talkies es, en apariencia, una película sobre unos pequeños recovecos de la gran industria norteamericana del cine y de un pedacito de historia del cine español. Pero también es la construcción de un magnífico edificio cinematográfico que nos presenta el vacío de la desilusión y la derrota, un mal cover de la vida, del cine y, por lo tanto, del amor. -


No hay comentarios:

Publicar un comentario