Anoche fue una noche llena de cine al
ritmo de Lucha Libre. Vimos la asombrosa Dinastía Moreno en la
Arena Azteca Budokán en México, en donde varias mujeres han marcado un
hito y la tradición continúa. Tuvimos el honor de tener al Maestro
la Sombra Espinoza, de la arena del barrio Policarpa de Bogotá,
quien nos deleitó con historias de combates célebres, acompañado
de sus jóvenes discípulos Izzy y Guerrero xtremo, nuevas
generaciones apasionadas por lo que hacen.
En el público
había aficionados seguidores de la Lucha, que conocían los nombres
de sin número de luchadores , también alguien que cuando tenía 6
años vió luchar al maestro La Sombra Espinoza y aún lo recordaba,
alguien más llevó su máscara blanca de luchador, otros no tan
cercanos a la Lucha preguntaban si realmente dolía, si era una
puesta en escena y qué significaba entregar la máscara o “perder
la cabellera”. Efectivamente nos quedó claro que duele y que no es
montaje. Implica esfuerzo, dedicación, técnica, pasión y
valentía. Nos acercamos al mundo de los rudos y los técnicos, de
lo que implica entrenar y mantenerse y de la situación de la lucha
libre en Colombia.
Como sentimiento común de los que allí
estuvimos: quedamos con todas las ganas de ver al maestro Sombra con
su traje blanco y negro en el ring, reafirmando que la Lucha Libre
debe continuar…
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