Queremos agradecer especialmente a la productora Minimal Films por ceder los derechos para esta proyección.
La crìtica es de la página Los interrogantes?
‘Gabor’,
premiada en el Festival de Málaga y Documenta Madrid, es un
documental reflexivo, humano y necesario sobre un director de
fotografía invidente , imprescindible para cinéfilos y seres
humanos en general.
A
Sebas Alfie le proponen grabar una pieza corta sobre una organización
que palia los estragos de la ceguera en el altiplano boliviano.
Durante la búsqueda de equipo encuentra a Gabor, un
director de fotografía ciego. Sebas propone a Gabor que
trabajen juntos en Bolivia.
En
el documental Gabor hay
dos secuencias poderosas; una es como Gabor enseña
a manejar el bastón a un panadero invidente, un oficio en el que no
es necesario ver para hacer buen pan, según las palabras del
protagonista. La segunda es cuando afirma a cámara que volver a
rodar es como estar de vuelta en casa. Estas dos secuencias reflejan
por sí solas el sentido y la necesidad de la película
Sebas
Alfie director
de origen argentino afincado desde 2001 en Madrid, tiene el encargo
de rodar un cortometraje sobre la ceguera en el altiplano boliviano.
Durante la búsqueda de material conoce a un director de fotografía
húngaro, Gabor,
que arrienda cámaras y ópticas. Poco a poco surge entendimiento
entre los dos profesionales y Alfie le propone que se encargue de la
fotografía del cortometraje. Hasta aquí todo bien. Lo atípico de
la situación es que Gabor es ciego. “¿Cómo
voy a llevar la fotografía si no veo?” Interpela
a Alfie. Éste no titubea y deciden trabajar juntos. Con muy buen
olfato narrativo el director argentino es consciente que tiene una
historia enorme ante sus narices
Gabor se
centra en el rodaje boliviano de la pieza corta y en la maestría del
fotógrafo. La película reflexiona sobre el poder de las imágenes y
la imaginación, el oficio del creador que no se amilana ante algo
tan terrible, sobretodo para un creador de atmosferas y planos, como
es el hecho, por una enfermedad “sin dolor”, de perder la vista.
No hace falta explicar más. Es un acierto la forma escogida por
Alfie para desarrollar lo que quiere contar; gran error hubiera sido
sentar a Gabor en una mesa con un café, sus recuerdos y las ópticas
que alquila de fondo, contando, o relamiéndose, su fatal destino. No
hay mejor forma de mostrar al peculiar Gabor, irónico, guasón y
vitalista, realizando su trabajo y realizándolo a la perfección,
encuadrando con el ojo de la experiencia, de la imagen incrustada en
el cerebro, ante la comprensible desconfianza del equipo que le
rodea. Además el documental nos enseña, algo que por evidente no
deja de ser importante, la confianza plena de un director en sus
colaboradores.
Gabor,
de obligado visionado para profesionales y estudiantes de cine,
postula por la corriente filosófica Cartesiana que defiende que los
sentidos son engañosos, ¿qué haremos si nos falla uno?; pues
seguir la senda de Gabor y Alfie en el que un mundo de las
apariencias y los prejuicios formados, nada es lo que parece y un
director de fotografía invidente puede iluminar y encuadrar.
Seguramente mejor que muchos del gremio.
Hacia
el final de la película le piden un consejo para un joven que quiere
hacer cine. Su respuesta impagable: dedícate a otra cosa. Sabe de lo
que habla.
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