lunes, 27 de abril de 2015

PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL "GABOR". 20 DE MAYO 2015


Queremos agradecer especialmente a la productora Minimal Films por ceder los derechos para esta proyección.


La crìtica es de la página Los interrogantes?


Gabor’, premiada en el  Festival de Málaga y Documenta Madrid, es un documental reflexivo, humano y necesario sobre un director de fotografía invidente , imprescindible para cinéfilos y seres humanos en general.


A Sebas Alfie le proponen grabar una pieza corta sobre una organización que palia los estragos de la ceguera en el altiplano boliviano. Durante la búsqueda de equipo encuentra a Gabor, un director de fotografía ciego. Sebas propone a Gabor que trabajen juntos en Bolivia.


En el documental Gabor hay dos secuencias poderosas; una es como Gabor enseña a manejar el bastón a un panadero invidente, un oficio en el que no es necesario ver para hacer buen pan, según las palabras del protagonista. La segunda es cuando afirma a cámara que volver a rodar es como estar de vuelta en casa. Estas dos secuencias reflejan por sí solas el sentido y la necesidad de la película

Sebas Alfie director de origen argentino afincado desde 2001 en Madrid, tiene el encargo de rodar un cortometraje sobre la ceguera en el altiplano boliviano. Durante la búsqueda de material conoce a un director de fotografía húngaro, Gabor, que arrienda cámaras y ópticas. Poco a poco surge entendimiento entre los dos profesionales y Alfie le propone que se encargue de la fotografía del cortometraje. Hasta aquí todo bien. Lo atípico de la situación es que Gabor es ciego. ¿Cómo voy a llevar la fotografía si no veo?” Interpela a Alfie. Éste no titubea y deciden trabajar juntos. Con muy buen olfato narrativo el director argentino es consciente que tiene una historia enorme ante sus narices

Gabor se centra en el rodaje boliviano de la pieza corta y en la maestría del fotógrafo. La película reflexiona sobre el poder de las imágenes y la imaginación, el oficio del creador que no se amilana ante algo tan terrible, sobretodo para un creador de atmosferas y planos, como es el hecho, por una enfermedad “sin dolor”, de perder la vista. No hace falta explicar más. Es un acierto la forma escogida por Alfie para desarrollar lo que quiere contar; gran error hubiera sido sentar a Gabor en una mesa con un café, sus recuerdos y las ópticas que alquila de fondo, contando, o relamiéndose, su fatal destino. No hay mejor forma de mostrar al peculiar Gabor, irónico, guasón y vitalista, realizando su trabajo y realizándolo a la perfección, encuadrando con el ojo de la experiencia, de la imagen incrustada en el cerebro, ante la comprensible desconfianza del equipo que le rodea. Además el documental nos enseña, algo que por evidente no deja de ser importante, la confianza plena de un director en sus colaboradores.

Gabor, de obligado visionado para profesionales y estudiantes de cine, postula por la corriente filosófica Cartesiana que defiende que los sentidos son engañosos, ¿qué haremos si nos falla uno?; pues seguir la senda de Gabor y Alfie en el que un mundo de las apariencias y los prejuicios formados, nada es lo que parece y un director de fotografía invidente puede iluminar y encuadrar. Seguramente mejor que muchos del gremio.
Hacia el final de la película le piden un consejo para un joven que quiere hacer cine. Su respuesta impagable: dedícate a otra cosa. Sabe de lo que habla.

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