Sesión nº49. Año V
Esta es una sesión realizada en colaboración con Retina Latina.
Retina Latina es una plataforma digital de difusión, promoción y
distribución del cine latinoamericano, de carácter público y acceso
gratuito e individual para los ciudadanos de la región desarrollada por
seis entidades cinematográficas de América Latina: el Consejo Nacional
de Cinematografía de Bolivia-CONACINE, el Consejo Nacional de
Cinematografía del Ecuador-CNCINE, la Dirección del Audiovisual, la
Fonografía y los Nuevos Medios del Ministerio de Cultura del Perú, el
Instituto Mexicano de Cinematografía de México-IMCINE, el ICAU-Dirección
del Cine y Audiovisual Nacional del Uruguay, y La Dirección de
Cinematografía del Ministerio de Cultura de Colombia en la coordinación y
secretaría técnica. La iniciativa cuenta con el apoyo del Banco
Interamericano de Desarrollo-BID, con Proimágenes Colombia como
organismo ejecutor y la colaboración de la Conferencia de Autoridades
Cinematográficas de Iberoamérica-CACI a través de su programa DOCTV
Latinoamérica del cual hacen parte 17 países latinoamericanos.
En la plataforma Retina Latina se pueden ver en este momento tres títulos imprescindibles de Nicolás Pereda: "Verano de Goliath", "El palacio" y "Los mejores temas"
HISTORIA DE DOS QUE SOÑARON
2016.- 85 min. País: Canadá. Documental (?)
Dirección Andrea Bussmann, Nicolás
Pereda
Guion Andrea Bussmann, Nicolás Pereda
Fotografía Noe Rodriguez, Andrea
Bussmann
Reparto:, Alexander Laska,
Sandor Laska, Sandorné Laska, Timea Laska, Jozsef Radics, Orsika
Radics, Jennyfer Radics, Dani Laska, Norbi Tokes, Viki Lask
Productora: Coproducción
Canadá-México; MDFF / Interior XIII
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Texto de Eduardo Cruz
A
finales de la década pasada, Europa del Este se vio atravesada por una
violenta ola de ataques racistas en contra de la comunidad gitana.
Hungría fue uno de los focos rojos que llamaron la atención de la prensa
internacional por la crueldad de los casos ocurridos. La familia de
húngaros que nos presenta Historias de dos que soñaron (2016),
cinta de Andrea Bussmann y Nicolás Pereda, ha huido de aquel horror.
Instalados ahora en un complejo de apartamentos en Toronto, a la espera
de conocer el veredicto sobre su estancia legal en el país
norteamericano, nos permiten acceder a su intimidad mientras nos narran
una película que nunca veremos.
El filme se desarrolla a partir de un diálogo entre la representación y la realidad. A la manera de El acto de matar (The act of killing,
Joshua Oppenheimer, 2012), los cineastas mexicanos permiten a sus
protagonistas interpretar la historia de un guión de su autoría
–construido a la vez con pequeñas historias del entorno– sobre el sueño
de un niño que despierta convertido en pájaro, para contarnos a través
de las fisuras de la ficción, la difícil situación de vivir en condición
de refugiados. Así la película surge del ensayo de un filme que nunca
sucede. Una forma de actualización de La metamorfosis de Kafka,
leído desde la perspectiva de la crisis de migración actual alrededor
del mundo; Alex el niño pájaro y la familia Laska se emparentan con
Gregor Samsa al encontrarse completamente impotentes frente a sus
circunstancias, víctimas de un sistema que los ha desechado.
Resalta
el trabajo realizado alrededor del lenguaje, pues hay una plasticidad
intrínseca en la fonética del idioma lejano puesta en juego. Los
directores toman la voz del jefe de la familia para explicarnos la
propuesta y crean un desfase entre diálogos y subtítulos; en un par de
momentos es claro que se nos niega la posibilidad de leer lo que
escuchamos, y en algún otro se suprime por completo el texto, ocultando
información lingüística que, empero, contribuye a que entendamos mejor.
Este recurso permite mostrar la inevitable sensación de alteridad, de
extranjería. El final es revelador: «Las palabras nos traicionan, y
nosotros las traicionamos», sentencia un personaje. Principio de la
incomunicación y la intolerancia.
El
cine de Nicolás Pereda es un cine de exploración formal. Considerado el
principal exponente del cine mexicano (mal llamado) “de festivales”,
encuentra en su colaboración con Andrea Bussmann un equilibrio. Hay en
el filme un balance entre la preocupación por la forma y una narrativa
clara. Pareciera además que el título de la cinta –de influencia
Borgiana– nos arroja luz sobre ella de manera discreta. Al final, se
trata de la historia de personas que viajan a otras tierras para
encontrar una mejor vida que, sin embargo, no tendría que buscarse fuera
de casa.